Durante el siglo XIX, en el teatro y en la literatura, el Burlesque (proveniente del italiano burlesco) era un espectáculo que interpretaba una obra dramática de una manera cómica y caricaturesca. Por lo regular presentaban una reinterpretación de una compilación de historias dramáticas serias con un toque absurdo e insinuaciones sexuales.
El Burlesque tuvo dos movimientos principales: el Burlesque Victoriano (también referido como ”Extravaganza”), enfocado en referencias culturales y actuaciones ridículas por actrices en papeles travestis; y el American Burlesque (influenciado por los Leg Shows del Victorian Burlesque), centrado en el humor sexual y en la sensualidad y sexualidad femenina. Debido al incremento de popularidad del American Burlesque, al igual que por el alza de las intérpretes Burlesque, se empezaron a dejar carteles de publicidad de los teatros y shows burlesque para ser pegados o colgados (en inglés pinned up) en las paredes de la ciudad.
En la misma época, Charles Dana Gibson creó en 1887 a la famosa Chica Gibson – la representación de la belleza femenina ideal para los finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Considerada como la primera chica Pin-up, la Chiba Gibson también refinó la belleza en espíritu: era una mujer propia, fuerte, confiada, con una gran aspiración de independencia y el rechazo de las tradiciones.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson formó el Division of Pictorical Publicity para inspirar a los hombres a unirse al ejército. Es aquí cuando surgen las ilustraciones de mujeres en uniformes militares. No obstante, debido a la ausencia de la mayoría de la población masculina, las mujeres empezaron a dejar de ser relegadas a tareas domésticas y fueron involucradas en el campo laboral – caso que sólo era visto en mujeres solteras, con suerte.
Naturalmente la moda de las mujeres se adaptó y simplificó para que pudieran realizar dichos trabajos, teniendo por el ejemplo el everyday look de las mujeres de esa época. Es aquí también cuando surgen las” Chicas Petty” de George Petty. Una Chica Petty es la clásica mujer next-door americana, representada de una manera sexualizada en escenarios del día al día. De hecho, se le podría considerar a la Chica Petty como la primera chica Pin-up moderna.
Para las décadas de los 1940s y 50s, el arte Pin-up se encontraba en todos lados. La popularidad de las Petty Girl en la revista Esquire (el “Playboy antes del Playboy”), surgieron más ilustradores quienes rápidamente dejaron un impacto, siendo Alberto Vargaz y Gil Evgreen los más prominentes. Y con la participación de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el Pin-up alcanzó su pináculo por la propaganda hacia los soldados para levantarles la moral, presentándoles imágenes de sweethearts americanas esperando por su regreso o un mujer por quién luchar.
Si bien las chicas Pin-up eran representadas de una forma bastante coqueta y hasta sensual, estas no eran retratadas abiertamente al desnudo. Es aquí cuando en 1953, Hugh Hefner lanza su infame revista Playboy, creando una sensación inmediata con su primera edición. El éxito de la revista marcó un punto para el nacimiento de una era de fantasía sexual, haciendo que la fotografía reemplazara casi por completo a las ilustraciones tradicionales del Pin-up. Sin embargo, esto provocó como consecuencia a que se intensificara la cosificación hacia las mujeres por la rápida competencia de revistas como Penthhouse o Hustler, centrándose en el morbo.
Pese a que el arte Pin-up haya estado predominado principalmente por hombres, a lo largo de la historia también hubo mujeres artistas que le aportaban de vuelta lo grácil y empoderante. Las dos más importantes son Zoë Mozert (contemporánea de Vargaz y Petty) y Olivia de Berardinis, una de las artistas Pin-up más importantes acutalmente. Contrario a sus colegas artistas, Mozert y de Berardinis no ponían a las modelos en poses incómodas, ni alteraban sus cuerpos a un grado imposible (de una mala manera).
Zoë Mozert, quien también se dedicaba a hacer arte para publicidad y la industria cinematográfica, presentaba a las mujeres de una forma físicamente más realista. Esto distinguía su trabajo de los demás artistas de su época, teniendo un aspecto coqueto y sensual sin objetificar a las mujeres – incluso con sus retratos de mujeres desnudas o en vestimentas atractivas.
Olivia de Berardinis, egresada de la Escuela de Artes Visuales bajo la tutela del pintor fotorrealista Chuck Close, tuvo sus inicios en ilustraciones Cheesecake a mediados de los 1970s por necesidades económicas. Eventualmente el Pin-up se convirtió en un su principal interés artístico.
En sus obras suele retratar a las mujeres seguras y empoderadas. Tal y como lo explica en una entrevista con Vice: “Cuando empecé a trabajar para estas revistas, me emocionaba trabajar en un mundo de hombres, se suponía que no debía estar allí, puesto que se suponía que las mujeres no debían tener apetito sexual o expresarlo. Se esperaba más de mí que estuviera casada y me quedara en casa con los niños. Me gustaba dibujar mujeres dominantes y agresivas, todo lo que yo no era, esa era mi rebelión personal.”
Otros artistas Pin-up importantes incluyen:
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